Hipnoterapia para superar la ansiedad (Alicante)
Sesiones de hipnosis individuales
Terapia personalizada para controla la ansiedad
Hipnosis clínica en Alicante
El nerviosismo es una reacción ante una situación atemorizante.
La ansiedad se manifiesta de diferentes maneras, puede variar desde un simple nerviosismo hasta un gran pánico.
De hecho, no se trata de un estado necesariamente negativo.
Algunas personas pueden encontrar divertido y excitante realizar algo nuevo, aunque también se sientan un poco nerviosos.
No obstante, existe una gran diferencia entre el nerviosismo y la ansiedad patológica.
La ansiedad es un estado irracional que la persona experimenta, pero a menudo no es capaz de precisar que le preocupa o le atemoriza.
Al contrario, el nerviosismo está vinculado con hechos más concretos con los que tenemos que lidiar en nuestra cotidianidad, como dar un discurso en público, asistir a una entrevista de trabajo o prepararnos para un examen importante.
Por otra parte, los trastornos de ansiedad suelen tener un componente fisiológico muy marcado.
Cuando la ansiedad es muy intensa puede provocar síntomas tan agudos que algunas personas incluso los confunden con un infarto ya que experimentan una sensación de opresión en el pecho, náuseas, palpitaciones y mareos.
Al contrario, el nerviosismo no suele provocar síntomas tan marcado.
Normalmente la persona nerviosa solo experimenta mariposas en el estómago, suda un poco más, se enrojece o siente que el corazón late ligeramente más rápido.
Además, el nerviosismo suele terminar una vez que ha finalizado el evento que lo ha provocado.
Los nervios se atenúan cuando finalmente comienzas tu discurso, recibes la llamada que estabas esperando o terminas el examen.
Al contrario, la ansiedad es un estado más permanente, que incluso puede persistir durante años si la persona no busca ayuda especializada.
Las manifestaciones sintomatológicas de la ansiedad
Clasificación en 5 grupos:
1. Físicos:
Taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, dolor en el estómago, alteraciones de la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, hormigueo, sensación de mareo e inestabilidad.
Si la activación neurofisiológica es muy alta pueden aparecer alteraciones del sueño, la alimentación y la respuesta sexual.
2. Psicológicos:
Inquietud, agobio, sensación de amenaza o peligro, ganas de huir o atacar, inseguridad, sensación de vacío, sensación de extrañeza o despersonalización, temor a perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones.
3. De conducta:
Estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar, impulsividad, inquietud motora, dificultad para estarse quieto y en reposo.
Estos síntomas vienen acompañados de cambios en la expresividad corporal y el lenguaje corporal…posturas cerradas, rigidez, movimientos torpes de manos y brazos tensión de las mandíbulas, cambios en la voz, expresión facial de asombro, duda o crispación….
4. Cognitivos:
Dificultades de atención, concentración y memoria, aumento de los despistes y descuidos, preocupación excesiva, expectativas negativas, rumiación, pensamientos distorsionados e importunos, incremento de las dudas y la sensación de confusión, tendencia a recordar sobre todo cosas desagradables, sobrevalorar pequeños detalles desfavorables, abuso de la prevención y de la sospecha, interpretaciones inadecuadas, susceptibilidad…
5. Sociales:
Irritabilidad, ensimismamiento…dificultades para iniciar o seguir una conversación, en unos casos, y verborrea en otros, bloquearse o quedarse en blanco a la hora de preguntar o responder…dificultades para expresar las propias opiniones o hacer valer los propios derechos, …temor excesivo a posibles conflictos…
Si experimentas algunas de estas sintomatologías, te recomiendo que acudas al hipnoterapeuta
- Sientes que estás perdiendo el control sobre tu estado emocional y no eres capaz de analizar las situaciones de la vida cotidiana con objetividad.
- Intentas luchar contra los pensamientos catastrofistas, las preocupaciones y las obsesiones pero estas vuelven continuamente y te causan un gran malestar.
- Comienzas a tener problemas para conciliar el sueño y no logras descansar lo suficiente ya que no sabes cómo desconectar de las situaciones que te provocan estrés y ansiedad.
- Crees que no eres capaz de lidiar con la mayoría de las situaciones de tu vida cotidiana, te sientes al límite y a menudo pierdes el control, reaccionando de manera exagerada.
- Experimentas síntomas físicos como dolores de cabeza recurrentes, una sensación de opresión en el pecho, aceleración del ritmo cardíaco o problemas gastrointestinales.
- Te cuesta trabajo poner en práctica las estrategias de autoayuda, ya sea porque no encuentras tiempo o no sabes cómo hacerlo.
- No sabes cómo controlar los nervios ante una situación concreta como hablar en público o a la hora de hacer un examen